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Mis publicaciones

Soy autor, entre otros trabajos menores, de estos libros, que podrás descargarte en formato PDF pulsando sobre la imagen o sobre el título:

CREATIVIDAD Y DEPENDENCIA.

        REFLEXIONES PERSONALISTAS EN EL CAMBIO DE SIGLO (Ed. Logos, 2006) 

      Este tomo, titulado Creatividad y dependencia, es una colección de siete ensayos que fueron compuestos, en diferentes ocasiones y por diferentes motivaciones, desde el año 1999 hasta el 2002. En todos alienta una orientación vitalista y personalista, reflejando las luchas y las opciones apasionadas propias de una filosofía en formación, que busca ante todo la coherencia.

       Los cuatro últimos ensayos son el resultado de lecturas de determinados autores más o menos influyentes, de diversas tendencias. Se practica en estos cuatro escritos una confrontación o diálogo, hecho de coincidencias y de disonancias, de entusiasmos y de críticas. Y de entre los tres primeros, el que inaugura toda la serie, y el más antiguo en su redacción, lleva por título La razón, ocupándose de definir la esencia de ésta, sus límites y sus relaciones con otras instancias, particularmente con la tradición. El mismo tema de las relaciones entre la razón universal y las tradiciones particulares es enfocado de nuevo con la luz de Hans Georg Gadamer, en el quinto ensayo, Tradición y razón. Se recoge en once breves tesis lo que de su pensamiento más sugestivo resulta por lo que al asunto se refiere. Es particularmente destacable la undécima tesis, donde se expresa la distinción entre “obediencia” y “atención”. El segundo de los trabajos, La identidad conquistada, expone una visión sobre la formación de la propia personalidad. La considera en un proceso histórico que parte de un plan y se desarrolla mediante la integración sucesiva de las novedades. El cuarto, que da título al conjunto, Creatividad y dependencia, valora positivamente la inspiración fundamental de Nietzsche, si bien no deja de señalar sus parcialidades. En Libertad y naturaleza se critica el “ironismo” de Richard Rorty, entendiendo por tal la renuncia a toda verdad objetiva en la que pudiera apoyarse la convivencia social, renuncia que es consecuencia de la irreductibilidad mutua, según este autor norteamericano, de los “lenguajes últimos”. El tercero de los escritos se propuso en su momento recoger un esbozo de lo que sería una filosofía y una teología centradas en el concepto de persona, definiendo previamente las relaciones mutuas de ambas. El estilo de estas Líneas maestras de una filosofía y teología personalistas es especialmente lacónico y concentrado. En fin, el último capítulo del libro, el que se dedica a la figura de Martin Buber, Marcha ante mí y sé íntegro, examina la compatibilidad entre la soberanía de Dios que dirige la historia y la libertad del hombre que construye su propia historia particular. Lo hace a partir de la diversidad básica que se encuentra dentro de las relaciones humanas, aquellas que corresponden a la pauta yo-ello y aquellas otras que se definen según el esquema yo-tú.


Creatividad y dependencia (2006)



MUCHAS RELIGIONES, UNA VERDAD (Ed. Erasmus, 2011)

        En esta obra ensayística reflexiono sobre la fundamentación del diálogo interreligioso de nuestros días desde la perspectiva del tema filosófico de la verdad. El libro incluye un prólogo redactado por el catedrático de filosofía e historia de las religiones don Manuel Fraijó, quien sugiere que “las religiones perduran gracias a que hemos renunciado a preguntar por su verdad”.

      Se hace en el primer capítulo un repaso de algunos hitos fundamentales de la filosofía de la ciencia de las últimas décadas, prestando especial atención al falsacionismo popperiano. Los más reputados pensadores que han reflexionado sobre el alcance y las condiciones de la ciencia han derivado hacia una desmitificación y devaluación de la misma ciencia. Asimismo, a la vez que la religión ha perdido relevancia social por la secularización, se ha ido extendiendo una nueva percepción, más distanciada, de la propia tradición religiosa y de las otras por parte de un sector de los creyentes. Con estos presupuestos, se argumenta que ni la religión puede pretender convalidarse con el resto de los saberes, como si fuera conocimiento en el mismo sentido que ellos, ni tampoco la ciencia es el paradigma de la pura objetividad, pues, además de estar determinada por unos intereses socioeconómicos, posee un fuerte ingrediente de arbitrariedad en las mismas categorías teóricas que emplea. Ciencia y religión se pueden entender a base de reducir cada una sus pretensiones de verdad (“rebajas epistemológicas”) y admitir la primacía de la persona humana. El segundo capítulo, partiendo de una somera descripción de las dimensiones de la persona humana, desarrolla el tema de la historicidad de la verdad.  La verdad se va descubriendo en la historia, pudiendo hablarse de un acercamiento progresivo a la misma. La verdad depende de las tradiciones del pasado, se define en el presente por la razón y está abierta al futuro mediante un impulso irracional y voluntarista (“álogos forá”). Tres desviaciones a evitar, calificadas como “tres enfermedades del espíritu humano”, obcecaciones que rompen el equilibrio debido de las facultades, son el tradicionalismo, el racionalismo y el fideísmo. Cada una de ellas tiene su expresión en el terreno de la religión.

     El capítulo siguiente se remonta históricamente a la polémica apologética e interreligiosa desarrollada en los siglos II y III entre filósofo pagano Celso y el teólogo cristiano Orígenes de Alejandría. Inspirándose en la misma polémica, se puede caracterizar mejor lo que suponen esas tendencias denominadas tradicionalismo, racionalismo y fideísmo. Se expone lo que comporta la profunda actitud intelectual y ética de “amor a la verdad” tal como Orígenes la describe y propone. Tomando pie de aquella disputa apologética del pasado, se aboga por superar esa tendencia excluyente y mezquina de la literatura apologética que llega hasta nuestros días y se aboga por un tipo de pensamiento llamado “convergente”, basado precisamente en el amor a la verdad. Se define el “pensamiento convergente” con las siguientes notas: 1. la puesta en cuestión de los prejuicios heredados, 2. la inclinación hacia lo común coincidente y no hacia lo propio distintivo en el terreno de las creencias, 3. la prevalencia del compromiso con la praxis positiva por encima de la adscripción creencial de cada uno, 4. una profunda disponibilidad ante todo aquello que está más allá de nuestro humano alcance. El cuarto capítulo se titula Obediencia y atención. Se discute en él, desde una reflexión sobre la estructura del lenguaje humano, la posibilidad de la existencia de una Palabra literal de Dios en este mundo, lo que sería la tesis de los diversos fundamentalismos. Se defiende en cambio una “inspiración” de doctrinas no ceñida a una sola tradición y que salvaguarde la consistencia humana e histórica de la autoría de los textos sagrados. La “obediencia” debida corresponde sólo a los contenidos de verdad de los diversos maestros y tradiciones, pero no a esos maestros y a esas tradiciones, a quienes sólo se les podría prestar “atención”. De esta manera se obra la “liberación de lo dicho respecto a aquel que lo dijo” (Gadamer). Desde esta perspectiva, se describen y critican, en cuanto mediaciones religiosas ilegítimamente absolutizadas, el “papismo” y el “biblismo”, fenómenos de raigambre cristiana y de enorme incidencia en nuestro contexto más cercano. 




Muchas religiones, una verdad (2011) 



CRISTIANISMO Y VERDAD.

UNA REVISIÓN DE LA ANTIGUA POLÉMICA ENTRE CELSO Y ORÍGENES (2013)

         Este estudio especializado tiene su origen en la tesis doctoral, presentada en Madrid en 2007. Es una obra de filosofía que se ocupa del fenómeno de la religión en tanto que ésta, en dos versiones diferentes, argumenta sobre el tema de la “verdad”. Se presenta la obra del teólogo cristiano Orígenes de Alejandría dedicada, hacia mediados del siglo III, al filósofo pagano Celso, quien había escrito su alegato anticristiano Palabra verdadera unos sesenta años antes. En la obra Contra Celso de Orígenes, que se ha conservado íntegra, se contienen largos párrafos de la obra de aquél, que se presentan literalmente con el objeto de proceder a una refutación. La obra se estructura entonces como un largo diálogo en que a cada acusación hacia el cristianismo del filósofo se opone la correspondiente respuesta del teólogo.

        La primera parte lleva por título “El contexto de la polémica” y en ella se expone lo que sabemos de Celso, la vida de Orígenes, su ambiente histórico, filosófico y eclesial y la historia del texto que ha llegado a nosotros. La segunda parte trata sobre “La verdad de la filosofía”: en ella se analiza el valor que ambos contendientes conceden a la tradición, las exigencias de la razón, el valor de ésta en el ámbito de la vida humana y los “grados de la verdad”. La tercera parte presenta “La verdad de la religión”, lo que incluye cómo la Biblia trata el tema de la verdad, la antropología de Orígenes y su doctrina del conocimiento y también lo que supone la novedad de la “verdad divina” en cuanto irrumpe en la historia mediante la Revelación.

       El título de la cuarta parte es “El ‘amor a la verdad’ como exigencia ética”. “Philalethes” – “amor a la verdad”– es un concepto repetido por Orígenes, aunque tampoco ausente de Celso, y que tiene unas implicaciones que son las que se exponen con detenimiento, poseyendo a mi entender un valor universal, plenamente actual. En esta línea, el último capítulo, el dieciocho, expone cuatro tesis finales, que se formulan así: 1. Tradición, razón y fe se complementan en el conocimiento humano de la verdad. 2. Aunque no deban oponerse, la ortopraxis es más importante que la ortodoxia. 3. El “amor a la verdad” ha de vencer al amor propio. 4. Más allá de Celso y de Orígenes, urge superar hoy el “espíritu apologético”.

       La obra se completa con algunos apéndices, como un vocabulario griego de términos lógicos y epistemológicos y una minuciosa exposición o resumen de la misma obra de Orígenes, con la sucesión de argumentos de los dos autores, el pagano y el cristiano.


una revisión de la antigua polémica entre Celso y Orígenes (2013)



OCHO DÍAS EN LUVIÁN (Bubok, 2019)

         Nemesio Prior es un profesor de literatura murciano, empedernido investigador del arte y de la historia. Aprovechando sus vacaciones de verano, acude en agosto de 2012 a la ciudad gallega de Luvián, atraído una vez más por el esplendor de su catedral románico-gótica. En esta ocasión ha sido convocado por su amigo el canónigo Claramunt con el fin de que, de un modo “discreto”, pueda ser testigo de la devolución de una reliquia que fue sustraída de la misma catedral en 1936, en los primeros días de la guerra civil.

       Fundiéndose pasado y presente, una amplia galería de pintorescos personajes se entrecruzan con Nemesio durante esos ocho días: Tea Kondrusiewicz, violonchelista ucraniana pariente del miliciano comunista español, Amancio Nuñez Bote, que fue protagonista del expolio y que luego se exilió a la URSS; Domingo de Irurita, obispo de Luvián en el siglo XV, teólogo díscolo e incansable viajero, las claves de cuya espiritualidad permanecen grabadas en la catedral a través de dos joyas del arte gótico, su propio sepulcro esculpido por su hijo Marcos Janoz y la elevada Torre del Tocino, construida bajo su patrocinio; Lisbeth Janow, pareja de hecho de Irurita, escritora checa de orígenes husitas que huyó de su país tras la batalla de Lipany y que en Alemania conoció al obispo navarro, que lo acompañó después y que terminó sustituyéndolo en el sepulcro que había sido preparado para él; San Cundro de Luvián, asceta gallego del siglo IX que recibió por medio de una trucha un inequívoco mandato divino y que terminaría fundando la Piscina y el Canal que llevarían su nombre, así como la misma catedral; Aisha, joven española, filóloga árabe conversa al islam y conferenciante; su novio marroquí Anuar, que regenta el restaurante La Alcoba de Alhacén; Rosalía Gutiérrez, antigua novia de Nemesio con la que había perdido el contacto muchos años atrás y que reaparece sorpresivamente en Luvián como socia activa de la sección de Dextrantes de la Cofradía de Nosa Señora dos Pes Rápidos; Josep Claramunt, sacerdote influyente de la diócesis que porta algunos elementos oscuros en su pasado y que se convierte en mentor del mismo Nemesio; Fermín V Rebollo y su familia, anfitriones de la entrañable confitería La Deliciosa, donde las conversaciones que se celebran son tan sustanciosas como los desayunos que se sirven; las trillizas Paqui, Susi y Trini, las tres trabajando en el sector turístico, pero cuya actividad no se agota en ello; el pintor Diego del Amor, que desempeñó un importante papel en la vida artística y aun política de Luvián durante la guerra; Luis del Amor, hijo que mantiene fielmente la memoria de su padre; Rodolfo Kresic, recepcionista argentino del Hotel Central,  “padre” en diferentes sentidos de la palabra; Javier del Monte, paciente observador de vidas ajenas, guiado por los principios de la más rancia tradición católica; Carmen Cuzcurrita, elocuente teóloga progresista, que practica coherentemente su teoría de la “desalienación”;  Sor Laura, enérgica sacristana de la catedral y agente del Círculo Ibérico de María Magdalena; Nemesio Rojo, empleado entusiasta de la catedral y visitante no menos entusiasta de otros establecimientos; Cándida Enríquez, excéntrica bibliotecaria del Centro de Estudios Luvianeses, a punto de ser cerrado por la Diputación; el andaluz Hilario Libre, que pone banda sonora a las calles desde su bicicleta musical… 

       Y como ámbito de belleza en que suceden todas estas convergencias humanas, la ciudad de Luvián. Se trata de un lugar que, si bien no puede encontrársele una localización precisa en el mapa, sí resume la riqueza artística que se contiene de hecho en otras ciudades españolas, riqueza y variedad que nos remiten a todas las etapas anteriores de la historia y aun a otras culturas, las que ahora hacen, más que nunca, acto de presencia entre nosotros.  Además de la catedral, epicentro arquitectónico de la novela, hallamos la muralla romana junto al río Tartaña, el puente también romano sobre el Nogueira, la Casa de las Sirenas, el monasterio mixto de Coutuño con su tejo centenario, el Centro Cultural Islámico, la Biblioteca Pública Celso Emilio Ferreiro y el Capitolio, misterioso santuario donde el sexo se convierte en divina liturgia. 


Ocho días en Luvián (novela, 2019)


 Mi última publicación es Islam y cristianismo, Investigación crítica sobre la idea de “Revelación Divina” (Letrame, 2022).


       La presencia creciente del islam en nuestras sociedades occidentales no solo representa un desafío para la convivencia, en el orden sociopolítico, sino que se erige además en un reto intelectual insoslayable. Cualquier persona consciente y responsable debería preguntarse, más allá de los tópicos simplificadores heredados, qué es el islam que nos viene, cómo se relaciona con el cristianismo que hemos «conocido» (o quizá «desconocido») y qué es en definitiva el fenómeno más amplio de la religión.

        Tanto el islam como el cristianismo, además de otras religiones, se presentan como sistemas dependientes de una «Revelación divina». ¿Qué implica este concepto? No parece que tal cosa pueda entenderse literalmente, de acuerdo con las mismas doctrinas tradicionales que la defienden, pero tampoco podría desecharse como «una simple tontería», pues ella, la «Revelación», sea real, sea ficticia o sea otra cosa, ha configurado no solo las culturas sino nada menos que una buena parte de la historia de nuestro mundo. De ahí la necesidad de plantearse cómo interpretarla.

 



 




Editorial Letrame  
       Puedes adquirirlo, entre otros lugares, en la Casa del Libro



 

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