Tanto el indigenismo como el nacionalismo español coinciden en que aquellos hechos del pasado protagonizados por los españoles en América se han de atribuir a nosotros, para el primero en tanto algo vergonzoso, para el segundo como algo merecedor de orgullo. Creo que es esta identificación con aquella colectividad del pasado lo que se ha de negar. Cada uno es responsable de lo suyo.