El romanticismo es una mentalidad equivocada, una falsa idea de las relaciones humanas, que domina la literatura y otras artes desde hace siglos y que se acepta acríticamente, provocando verdaderos estragos. Tiene por añadidura una derivación sumamente indeseable que es la violencia machista. Los tres errores, encadenados, del romanticismo se pueden formular con tres palabras: cordialismo, absolutismo y pauperismo. Es lo que yo llamo el “complejo CAP”.
El CORDIALISMO consiste en la pretensión de que el corazón, es decir, el sentimiento, puede dar orientación a la vida: “dejarse guiar por el corazón”. Pero el sentimiento no da orientación: es voluble, con inexplicables altibajos, generando tanto las mejores mociones como las peores. Sólo la razón puede guiar. Otra cosa es que el sentimiento dé la fuerza y, en este sentido, acompañe a la razón para que su actuación sea eficaz.
Llamo ABSOLUTISMO a ese planteamiento de máximos según el cual, a la otra persona, hombre o mujer, le entrego todo o se lo niego todo, pudiendo pasar de lo uno a lo otro, además, en un instante. Pero esto es un despropósito, dependiente naturalmente del nefasto sentimentalismo por el que se ama con la misma facilidad con que se odia y se odia con la misma facilidad con que se ama. En una recta y equilibrada visión, cada ser racional tiene sus propios objetivos y, cuando dos de esos seres se juntan para constituir una pareja, cada uno, conservando los propios, se abre a unos objetivos comunes pactados. A nadie puede entregársele todo porque eso sería renunciar a la propia personalidad y es una idolatría de la otra persona. A nadie puede negársele todo porque todos tenemos una dignidad, somos un alguien con dignidad.
En tercer lugar, cuando hablo de PAUPERISMO me refiero a la pobreza de esas personas que, faltas de ideas y de objetivos, vacías por tanto, necesitan a alguien para dar un sentido a su vida. Yo puedo necesitar a otra persona y buscar en ella comprensión, compañía, conversación, colaboración científica, sexo, y también dinero. Todos estos son bienes de la vida y por tanto pueden y deben ser buscados. Lo lamentable es que alguien busque a otra persona para encontrar el sentido que le falta. El sentido se lo da uno mismo, a menos que carezca de personalidad. ¿Cómo puede dar sentido a mi vida otro ser humano igual que yo en dignidad, alguien que puede fallar moralmente como yo y que puede morir antes que yo? Ridículo. Proporciona sentido algo superior, algo más grande que uno mismo, no algo que está al mismo nivel que yo.