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25 octubre, 2025

PERROS



       Estoy llegando ya a una especie de agobio viendo a tantos perros en nuestras ciudades. Vaya por delante mi convencimiento de que durante siglos se ha tratado mal a los animales, utilizados humanamente en los ámbitos del transporte, del trabajo, del ocio, de la guerra. También ha habido personas que han tenido una particular facilidad para entenderse con ellos, en la medida en que con ellos es posible interaccionar. Y en las últimas décadas se ha producido una concienciación a nivel colectivo y se han emprendido una serie de reformas legislativas tendentes a la protección de los animales, que veo en general positivas e incluso necesarias. No obstante, no deja de inquietarme el papel de progresivo protagonismo de las mascotas en la vida de tantas personas. Alguna gente piensa que, desde el punto de vista demográfico, los perros están sustituyendo a los niños, y que, desde el punto de vista psicológico, ellos proporcionan una sustitución de los afectos humanos, en que tan deficitarios andamos.
       

Un par de escenas vistas en la calle, este pasado fin de semana en Zaragoza, me llamaron la atención. Una vieja, de mirada perdida, llevando dos perritos en un coche de niño y otro más atado con una correa. Una mujer joven y guapa tumbada en medio de una acera, boca arriba, abrazando y acariciando a su chucho y diciéndole “te quiero”. ¿Es verdad que los perros dan lo que no dan las personas? Ciertamente, hay una diferencia esencial en el trato con animales y con personas. A las personas, por serlo, no se las puede dominar, ni a amigos, ni a parejas, ni a nadie. Cualquier persona posee una voluntad como la mía. Si me relaciono con ella sólo lo puede hacer sobre la base de un respeto (que implica una distancia), y con la perspectiva de una permanente negociación para determinar, de mutuo acuerdo al menos implícito, en qué va a consistir dicha relación, en qué términos se va a desarrollar… A otra persona no la puedo dominar. En cambio, los perros son dóciles, siempre están a mi servicio. Como decía Churchill, “dogs look up to us”. La relación entre dos polos humanos es costosa, implica renunciar a algo. Pero los perros nos sirven como esclavos. Y eso debe de ser satisfactorio. Se dice en ocasiones que los perros son más “fieles” que las personas. No creo yo que se pueda llamar "fidelidad" a aquello que responde a una costumbre y a un instinto. La fidelidad sólo es meritoria, y auténtica, cuando es de un humano libre que, por serlo, está continuamente tentado a lo contrario de la fidelidad.

Nota: la foto corresponde a un cementerio de perros, en la provincia de Alicante, en 2015. 

07 septiembre, 2025

LA HERENCIA DEL PAPA FRANCISCO

 


                                                


       Tras presenciar, tomando algunas notas, el webinario que se transmitió el día 11 de junio del presente año organizado por el Instituto Católico de París, me dispongo ahora a resumir lo que allí se trató sobre la herencia del Papa Francisco. El asunto, en los primeros meses del pontificado de León XIV, es discernir cuáles son las decisiones que tiene delante tras las orientaciones que a su vez tomó su predecesor, el polémico papa argentino. Actuando como moderadora la decana Anne Sophie Vivier Muresan, intervinieron sucesivamente los profesores Bernard Bourdin, Augustin Mutuale, Ludovic Danto y Jean Louis Souletie.

       Bernard Bourdin habló sobre el concepto de “guerra justa” según la Fratelli Tutti. La doctrina tradicional de la Iglesia había hablado, desde San Agustín, de la posibilidad de una “guerra justa”, una guerra que podía llegar a ser legítima en el caso de someterse a algunas reglas: que sea el príncipe quien tome la decisión, que haya una “justa causa” (por legítima defensa y no como agresión), que tenga como objetivo el restablecimiento de la paz. Santo Tomás retomó el tema en su Suma Teológica, dentro del tratado de la “caridad”. Francisco de Vitoria distinguió entre el derecho "a la guerra" y el derecho "en la guerra". El Papa Francisco trata el asunto entre los números 256 y 262 de la encíclica. Dice que la negociación es superior a la solución de la “guerra justa”, que todas las guerras dejan la situación peor que la que había al principio. Hoy en día, mediante la manipulación de la información se puede presentar un “ataque preventivo” como necesario y con frecuencia se presenta como “legítima defensa” lo que es simplemente la defensa de determinados intereses particulares, despreciando el auténtico bien común internacional. A pesar de todo, comenta Bourdin, sin renunciar a la “ética de la convicción”, no se puede prescindir de una “ética de la responsabilidad”.

       Augustin Mutuale hizo su exposición sobre el tema de la educación. Francisco propone una educación de largo aliento, alimentada en un compromiso de perseverar en el amor, y que tenga como columna la dignidad inviolable de cada persona. La educación no puede limitarse a transmitir competencias. La ecología integral como criterio incluye una espiritualidad del cuidado y una cultura del encuentro.

         Ludovic Danto, decano de derecho canónico, presentó lo relativo a la reforma de la Curia, objetivo que ya en su momento se adujo como razón para elegir precisamente a Francisco, pensando que él sería más capaz de realizarla. Se han ido dando pequeños pasos hasta 2022 y, a partir de ese año, pasos más grandes, con la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium. Se ha hecho, en primer lugar, una labor de racionalización, reduciendo el número de “consejos pontificios”. Determinados puestos se han asignado a laicos. Se otorga una primacía a la “evangelización”, dedicación del primero de los dicasterios, sobre la “doctrina de la fe”, correspondiente al segundo.

       La exposición de Jean Louis Souletie se desarrolló en torno al ejercicio de la teología. El papa Francisco ha propuesto una teología contextual, en diálogo con las culturas y con las religiones, una teología profética, que interpele críticamente a las personas. Francisco ha utilizado muy frecuentemente un lenguaje teológico metafórico, lo que constituye un legado importante. Algunas de sus metáforas para expresar aspectos importantes han alcanzado una particular notoriedad.

- El “poliedro” como imagen de la sociedad. Las diferencias dentro de ella, resultado de las diferentes tradiciones, nos llevan a buscar una unidad armoniosa y no una uniformidad, que sería imposible.

- La Iglesia como un “hospital de campaña tras una batalla”. Ella, lejos de una lógica del juicio, buscará curar heridas antes de poner reglas.

- Se requiere “pastores con olor a ovejas”, verdaderamente implicados con los más necesitados.

- La misericordia como clave de bóveda. Ella es la “tarjeta de identidad de nuestro Dios”.

- “El tiempo es superior al espacio”. La fe no es un territorio ideológico, sino un camino, un proceso.

- El mundo es la “casa común”.

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